El Barco que se hunde...

La vida en si es un gran mar que vamos navengando, que vamos descubriendo, en el trayecto mar abierto, vamos abordando distintos barcos, en algunos el trayecto es largo, en otros el trayecto es muy corto, y otros solamente vemos como van pasando junto a nosotros. Algunos de los barcos que abordamos ya estan apunto de hundirse y sin embargo, salimos a flote.

Pero que pasa cuando somos nosotros mismos los que desicidimos hundir nuestro barco y a las personas que estan abordo con nosotros, porque a igual que nosotros en nuestro trayecto abordamos diferentes barcos, algunos de amigos, otros de parejas, otros más de personas que conocemos por un breve instante, estan aquellos que abordan nuestro barco para quedarse un tiempo y continuar el trayecto por el mar con nosotros, y cuando comenzamos a hundir nuestro barco no nos damos cuenta de que estan a nuestro alrededor estas personas, y nos las llevamos mientras hundimos el barco. Sin darnos cuenta de que ellas no tienen la culpa de lo que nos ha llevado a hundir ese barco, pero aqui en la vida no es valida la regla de que el capitan se hunde con su barco, ya que en la vida el capitan puede decidir si aplica la regla o busca una salida para evitar que su barco, que su vida se valla al fondo del oceano.

No podemos permitir que nuestra vida que nuestro barco se hunda, tenemos que buscar la manera de que siga a flote y por mas que nos empeñemos en seguir igual y que el agua nos valla hundiendo, debemos luchar por lo que vale más que cualquier cosa nuestra vida y no podemos ser egoístas y hundir a las personas que han navegado con nosotros en tormentas, en tempestades, en calma, en armonia por el mar de la vida y permitir que se hundan con nosotros.

Por ello cuando naveguemos en un barco que se hunde y que veamos que ya no hay salida, tratemos de por lo menos salvar a aquellas personas que han estado navegando con nosotros y que nos han dado su confianza y su cariño a lo largo del trayecto, y nosotros debemos ser valientes y afrontar la situación y tratar de rescartar nuestro barco para poder continuar disfrutando del mar llamado vida, que nos brinda grandes paisajes.